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Sociedad de la Información y Democracia: Algunos Desafíos

9/10/2005


Asuntospúblicos.org
Informe N° 473

Políticas Sectoriales 13/06/2005

Otto Boye y Arturo Durán

Nadie duda hoy de que Chile no es una excepción en el mundo y que por eso se encamina casi forzosamente a organizar su desarrollo en el marco de una moderna sociedad de la información, si no quiere quedar rremediablemente atrás en el escenario global. Por todas partes emergen señales de un país involucrado en este fenómeno global.

La enumeración puede ser larga: ya hay más de 9 millones de usuarios de telefonía celular; cada día hay más hogares conectados a Internet, la herramienta con más potencialidades de este momento; decenas de miles de chilenos de todas las edades se capacitan para dejar de ser "analfabetos digitales" y poder usar un computador y, desde luego, conectarse; colegiales aprenden en sus escuelas desde temprana edad a usar las tecnologías de la información y la comunicación (también conocidas como TICs); ciudadanos hacen, en el horario que deseen del día y de la noche, trámites bancarios y, también -¡oh sorpresa!-, a través de un creciente Estado en línea, efectúan diversos trámites para los que antes necesitaban a veces horas de viaje y colas y frustraciones varias; las empresas se reorganizan digitalmente y aumentan sus capacidades y su competividad; ingenieros crean programas (software) y los venden en Chile y en el extranjero; se dictan leyes nuevas para enfrentar los problemas inéditos creados por esta realidad emergente.

Si la televisión implicó modificaciones de conducta en prácticamente toda la población en las últimas décadas, ahora vuelven a producirse cambios y con mucha mayor intensidad. El fenómeno es evidente con solo mirar un poco a nuestro alrededor.

¿Habrá un Desarrollo Más Equitativo?

La pregunta que es lícito plantear es si todo esto surge para mejor, si resuelve problemas antiguos, si el desarrollo de Chile se dará de verdad por esta vía y, sobre todo, si será más equitativo. El tema es complejo y no se despacha en un solo artículo, pero reflexionar al respecto surge como un imperativo ciudadano.

El ángulo elegido aquí para comenzar a desarrollar esta temática es el de la democracia. ¿Qué ofrece la sociedad de la información a la vida democrática? ¿La mejora o la empeora? ¿Son reales los beneficios que proclaman los optimistas, o las calamidades que denuncian los pesimistas?

Comenzaremos el análisis precisando el concepto de democracia a usar.

Concepto de Democracia y Sociedad de la Información

En diciembre de 1969 el Comité Permanente del Episcopado chileno, hablando de la democracia, que consideraba en peligro en ese momento (1), la definió como "participación amplia del pueblo en las tareas y los bienes de la nación". Al detenernos un poco en los elementos de esta definición, veremos que ella, aplicada a la Sociedad de la información y el conocimiento, puede ser hoy más útil que nunca.

Antes que nada, la democracia es "participación". A través de ella el pueblo toma parte en la vida de la nación, sea poniendo en marcha, con su voto, los mecanismos de representación, sea participando de modo más directo en instancias en que esto resulta factible.

No es una participación de unos pocos, sino que debe ser "amplia", o sea, intrínsecamente inclusiva. La exclusión social, política, cultural y económica atenta contra la esencia de la convivencia democrática y, por ende, contra el derecho de las personas. Hoy, la exclusión cibernética o electrónica tampoco sería democrática.

El sujeto de la democracia es el "pueblo", o sea, todos los habitantes de un país y de una nación, sin distinción discriminatoria alguna.

En cuanto al contenido de la participación, la definición se refiere a "las tareas y los bienes de la nación".

En el primer lugar se coloca una referencia a "las tareas de la nación". Esto habla de responsabilidades y deberes que tienen todos los ciudadanos de construir la democracia día a día. Aquí se hace presente el poder político, que es, ante todo, una tarea, un servicio a la comunidad, para ordenar su funcionamiento e impedir los desequilibrios que se producen cuando la libertad se confunde con libertinaje y anarquía. También es una tarea votar y elegir representantes. Y así sucesivamente, pues este punto admite un vasto desglose.

Las TICs, un Bien de la Nación

La participación en "los bienes de la nación" se coloca en segundo lugar, como señalando que su existencia depende del cumplimiento, primero, de determinados deberes. Con "bienes" se señala todo lo que se produce en una sociedad, sea material o espiritual (cultural, religioso, etc.). Aplicando de nuevo estos conceptos a la sociedad de la información, afirmemos que hoy el acceso a las TICs es un bien de la nación a ser compartido por todos, por lo que la participación en las nuevas redes debe ser amplia, equitativa y cada vez más ilustrada. En efecto, la ampliación máxima posible del acceso ayuda al desarrollo comunitario, facilita la participación y, por ende, fortalece la democracia.

En suma, estamos ante un concepto de democracia rico en contenido y que apunta a elementos esenciales, cuya implementación da origen a una construcción formal que a veces confundimos con la democracia en sí.

La institucionalidad que trata de hacer carne la idea democrática no es la democracia en sí misma, sino la forma histórica que la sociedad establece para tratar de hacerla realidad. Por eso, nada debe quedar afuera y es siempre perfectible.

Los importantes beneficios potenciales implicados en la sociedad de la información abren, a su vez, una nueva puerta. En efecto, gracias a ella disponemos hoy, por decirlo así, de una "sala extra" para el debate y el intercambio de ideas, un nuevo espacio que puede servir para ampliar la participación ciudadana en "las tareas y los bienes" de la nación. Es un mundo cibernético de intercambio de ideas, una posibilidad nada despreciable para el fortalecimiento democrático.

Ciertamente esto requiere masificación del acceso a las TICs y elevar al máximo la calidad del uso de estas herramientas, lo que pone sobre el tapete un abanico de desafíos que mencionaremos luego.

En su reciente informe sobre desarrollo humano en Chile (el quinto), el PNUD muestra a sus habitantes queriendo participar del mayor poder que hoy existe en la sociedad chilena como consecuencia de su desarrollo. No cabe duda alguna de que la participación amplia en el poder que la cibernética entrega a sus usuarios le puede dar a la democracia un sólido contenido del que antes carecía.

Algunos Desafíos

Los retos que plantea esta nueva realidad y un concepto de democracia como el tratado aquí son enormes. Los señalaremos de modo breve, con el compromiso de mirarlos más de cerca en el siguiente informe:

1.-Las TICs configuran un mundo que le va a dar un nuevo marco al desarrollo nacional. Estos formidables instrumentos abren nuevas posibilidades, a las que ya no cabe renunciar, pero también acarrean nuevos problemas que no pueden descuidarse.

2.-Los problemas de equidad no resueltos todavía adquieren ingredientes inéditos que los hacen más complejos. En efecto, actuando como un reflejo existe ya la llamada "brecha digital", esto es, una nueva forma de marginalidad o exclusión social, entre los que tienen pleno acceso a las TICs y los que lo tienen muy precariamente o no lo tienen en absoluto.

3.-Todos los actores sociales, personas e instituciones públicas y privadas, se encuentran con esta nueva realidad. Unos, los que tienen recursos y poder en abundancia, se insertan rápidamente y, con seguridad, gracias a ello, seguirán incrementándolos. Otros ya tienen más dificultades y se insertan a duras penas.

Finalmente, hay quienes quedan marginados por tiempo indefinido, mientras se mantenga su situación de carencias.

4.-El rol del Estado adquiere otra vez gran importancia, tanto en su tarea de regulador de este nuevo mundo emergente, como en cuanto promotor del bien común y, por tanto, de impulsor de una distribución más equitativa de este "bien de la nación" configurado por el mundo de las TICs.

5.-La participación amplia, como corazón de la idea democrática, tiene en este contexto una nueva oportunidad y se convierte en una novedosa medida del avance, estancamiento o retroceso de la democracia en Chile. Ella encarna y resume, sin duda, el desafío global.

En Chile se llevan a cabo hoy iniciativas públicas y privadas de todo tipo para insertar al país entero en este mundo emergente. Se configura así un camino adaptado, lógicamente, al país concreto, pero vinculado también -¡y estrechamente!-a la corriente mundial que hoy empuja al mundo en este campo. Hay datos que muestran gran velocidad y otros que caminan con incómoda lentitud. Los desafíos son mayúsculos. En otro informe analizaremos con franqueza y más detalle esta situación.


(1)En Octubre se produjo el llamado "Tacnazo" (acuartelamiento de tropas bajo el mando del general Roberto Viaux en el Regimiento Tacna de Santiago), que fue superado por el gobierno de Eduardo Frei Montalva después de tensas negociaciones;pero semanas después, de nuevo se generaron tensiones y rumores de golpe de Estado, que sirvieron de justificación a los obispos para hacer su declaración.

Otto Boye: Ex Embajador de Chile en Venezuela y ex Secretario General del Sistema Económico Latinoamericano, SELA

Arturo Durán: Sociólogo y consultor

13/06/2005
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1 Comments:

Blogger Unknown said...

Concuerdo bastante que lo planteado en este informe.

Daniel Alberto Silanes Puentes.

4:14 p. m.  

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